En ocasiones, buscamos una planta medicinal solo con el anhelo de que nos permita continuar con nuestro caprichoso modo de vida y alimentación.
Pero enmascaramos esa pretensión con frases bonitas de la new-age, tales como: "- quiero conocer la sagrada medicina ancestral" ó "- voy al encuentro de la magia de las plantas"
Sí que hay magia!! ...pero NO se manifiesta de ese modo!
En numerosas ocasiones pareciera que buscamos atajos, recetas, pócimas y sortilegios, con el único objetivo de continuar siendo los niños caprichosos que somos, y así seguir maltratando nuestro cuerpo.
Los síntomas que nos avisan que nuestro cuerpo está en desequilibrio, que hay una "enfermedad" ya manifestada o por manifestarse, no llegan por azar, en la gran mayoría de los casos.
Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? ¿Podemos reestablecer el estado de salud? ¿Ayudan las plantas para ese propósito? ¡Claro que si!
Lo hacen porque posibilitan con su acción que se restablezca el equilibrio, para que el organismo pueda hacer lo que sabe, vivir sano. Posibilitan que el sistema se limpie, desobstruya, y desatasque. Y que el principio vital fluya, y la percepción se aclare.
Quizá, a la hora de conocer sobre plantas, podríamos preguntarnos con qué intención nos acercamos a ellas, y si estamos dispuestos a una transformación vital.
¿Nos hacemos responsables del organismo que somos ó solo deseamos que "mamá-planta" haga las cosas por nosotros?
Pueden ser grandes aliadas, de nosotros depende
¿BAJO QUÉ MIRADA APRENDEMOS SOBRE PLANTAS MEDICINALES?
Si solo vemos porciones aisladas del organismo, nuestra acción en verdad solo cambiará en modo formal: en vez de "una pastilla", usaremos una planta para tratar síntomas. Pero nuestra mirada disociada seguirá intacta. Y a la hora de emplear una planta, equivocaremos la elección.
Por ejemplo, pretenderemos usar plantas para estimular el sistema inmunológico, sin percatarnos que el estado de estrés crónico es quien está interfiriendo, bajando las defensas, por acción del cortizol.
Pretenderemos entonces usar plantas para tratar el estrés crónico sin advertir que, con un "desorden de la flora bacteriana intestinal" (disbiosis intestinal) éste será solo un intento temporal en vano.
Y pretenderemos así poner "orden" en el intestino, tratar constipaciones o diarreas, o intestino permeable, mirando solo ese órgano, sin atender al buen funcionamiento del hígado-vesícula biliar-páncreas, ni hacer foco en la alimentación.
Así, decenas de ejemplos que pierden de vista el origen. Se nos escapará siempre el hilo conductor.
¿Qué organiza a todo este sistema orgánico vivo que llamamos cuerpo? ¿Cómo es que se sostiene "vivo"? Pues, básicamente para vivir, crecer, desarrollarse, precisa alimentarse.
Y tomamos el término "alimentación" con un sentido ampliado. Un modo de comprendernos como sistema orgánico en funcionamiento será entonces estudiar las "Octavas de la Alimentación"
LAS OCTAVAS DE LA ALIMENTACIÓN:
El organismo humano recibe alimentos de tres diferentes tipos, según su “materialidad”: alimento físico, aire e impresiones. Cada uno de ellos ingresa por vías diferentes, y sigue un recorrido específico en el cuerpo, no obstante, en ciertos puntos se encuentran a fin de posibilitar su continuidad. Estas “rutas” que cada tipo de alimento sigue, se las denomina “octavas”. El estancamiento que pudiera producirse en su camino se verifica en la disfunción del órgano o sistema implicado.
El análisis de cada una de esas tres rutas nos llevará a encontrarnos precisamente con los lugares donde la octava se estanca o debilita, con el órgano o sistema implicado, y así seleccionar la planta adecuada para restaurar su buen funcionamiento.
Como ya se dijo, la salud es el estado natural del organismo, y la acción físico-química y vibratoria de las Plantas Medicinales pueden intervenir en forma eficaz en ese sentido. Limpiar, desobstruir y restaurar la ruta que siguen las tres octavas, es lo que aprendemos en el taller sobre Plantas Medicinales.
Podemos cambiar la mirada acerca de nuestro cuerpo, la salud y el uso de las plantas medicinales, y así nuestra acción será más certera. Esa es la propuesta, la invitación.