Las "plantas medicinales" han sido empleadas desde hace siglos para restaurar la salud. Distintas culturas, en distintos lugares y en todos los tiempos han aportado su visión y su conocimiento. Es un legado ancestral que aún hoy se recupera y actualiza con nuevos aportes. Los "yuyeros" del Siglo 21 continuamos la tradición: aquí una recopilación de artículos, notas e investigaciones sobre la temática ...sean bienvenid@s a esta bitácora virtual !
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El terreno es todo...

“Bernard tenía razón, el germen no es nada, el terreno es todo.”



La microbiología oculta. Acerca del Profesor Pierre Jacques Antoine Béchamp (1816-1908)

El artículo tomado de la página "mundo-despierta" es una reflexión sobre la vieja e interesante controversia, que se planteó por primera vez hace 150 años, acerca de qué es lo más importante a la hora de enfermar, si los microbios (virus, bacterias, hongos, etc), o el estado previo del organismo, es decir, lo que se llama el “terreno”. 
El artículo concluye al final que, si bien existen más formas de microbios que las que conocemos, la enfermedad en definitiva no es algo que venga de “afuera”, sino que se genera en el propio organismo por condiciones no saludables en el entorno celular.

Louis Pasteur (1822-1895) y Antoine Béchamp (1816-1908), ambos franceses, propusieron dos explicaciones opuestas sobre la enfermedad, pero sólo uno triunfó: su nombre es mundialmente conocido, el Institut Pasteur es famoso por sus vacunas.

Se puede afirmar que Béchamp descubrió los microbios antes que Pasteur pero descubrió también algo que no interesaba: que en los seres vivos se produce una modificación de los organismos microbianos dentro de los tejidos y que no hay agresor externo 
Claude Bernard (teoría del terreno) se interesó argumentando que lo más importante en la enfermedad es el terreno y que la enfermedad como “proceso biológico” se desarrolla dependiendo del medio interno así como del pH, el aspecto determinante de este terreno. Aunque años después Pasteur en su lecho de muerte reconoció el trabajo de Bechamp cuando dijo: “Bernard tenía razón, el germen no es nada, el terreno es todo”, este reconocimiento no tuvo trascendencia, pues Pasteur -o sus teorías- se impusieron o ¿las impusieron?

En 1995 la UNESCO decretó el “año Pasteur” para conmemorar el centenario de la muerte del gran sabio. Simultáneamente, el New York Times titulaba “Las falsedades de Pasteur“. Tras una minuciosa lectura de las notas del químico biólogo, un historiador de la ciencia declaraba que Pasteur había mentido con respecto a su investigación, que robó las ideas de un competidor y que cometió varios fraudes.
En cuanto a Bèchamp, trabajaba sin preocuparse de su reputación, nunca se ha divulgado su trabajo, aunque descubriera un eslabón perdido en el orígen de la vida. Cuando la salud es deficiente (por malnutrición, intoxicación, estrés físico o moral) el "microzima" se transforma en germen que es “una parte más” de la expresión de esta disarmonía, no la causa (...) 

Hacia 1854, el Profesor Pierre Jacques Antoine Bechamp, un científico de Francia entonces Profesor de la Escuela de Farmacia de la Facultad de Ciencia en Estrasburgo, después Profesor de Química Médica y Farmacia en la Universidad de Montpelier (1857-75) y miembro de muchas sociedades científicas emprendió el estudio de la fermentación. Béchamp era médico, biólogo, químico y físico y presentó la “teoría” celular (polimorfismo) por la que las enfermedades vuelven patógenos a los microbios.
Nota: los microorganismos se transforman en patógenas o en simbiontes que conviven con nosotros, en dependencia del terreno o de la “salud” del individuo. Sabemos que en condiciones normales existen 10 veces más células-bacterias que células-somáticas en nuestro cuerpo.

Béchamp sostenía que los microorganismos podían desarrollarse a través de varias formas dentro de su ciclo de vida y que todos los microorganismos participan de esta propiedad. Es decir la enfermedad “no viene de fuera” sino que es un “proceso” más complejo que la simple idea del microorganismo patógeno que nos ataca, idea muy útil para que creamos que vivimos en un mundo peligroso donde “el otro” lo es y yo soy una víctima que me tengo que defender del exterior mediante las vacunas, los antibióticos, pero también el individualismo, el interés personal, etc., cuyo mantenimiento se basa en el miedo. La teoría “microorganismo malo antibiótico bueno” es, al menos, reduccionista (...)

No es de hecho ninguna exageración decir que la existencia del hombre depende de la actividad de bacterias; de hecho sin las bacterias no podría haber ninguna cosa viviente en el mundo; cada animal y planta debe su existencia a su vez a la fertilidad de la tierra y esta depende de la actividad de los micro-organismos que la habitan en números casi inconcebibles.
Las bacterias encontradas en el hombre y animales tienen la misma función que las encontradas en la tierra, o en el alcantarillado, o en otra parte en la naturaleza; están allí para reconstruir el tejido muerto o los tejidos enfermos, para reciclar los desperdicios, y se sabe bien que no atacan los tejidos saludables. Son parte importante y necesaria de la vida humana como aquellos encontrados en otra parte en la naturaleza.

El trabajo de Bechamp fue ignorado y finalmente fue salvado gracias al doctor Montague R. Leverson que leyó los escritos de Bechamp y viajo a Francia para encontrarse con él meses antes de su muerte. Leverson fue el traductor de la edición de 1912 de “The Blood and its Third Element” (La Sangre y su Tercer Elemento). También Leverson compartió sus descubrimientos con la escritora Ethel Douglas Hume quien documentó todos estos datos en su libro “Pasteur Exposed: The False Foundations of Modern Medicine”.

FUENTES: Pasteur o Béchamp?. En La Mafia Médica. Ghislaine Lanctôt.